El precio del aceite de oliva en origen se ha incrementado un 54% en los
últimos 12 meses: de 2´56 a 3´95 €/Kg. Fabricantes y distribuidores
están trasladando la subida de precios a los consumidores. Ante ese
encarecimiento las familias, muy empobrecidas por la crisis, tienen que
restringir su compra: según los últimos datos el consumo de aceite de
oliva cayó un 12% en mayo. La causa del encarecimiento parece estar en
la mala cosecha así que los trabajadores del campo tampoco van a
beneficiarse de esos precios mayores: a menor cosecha se necesitan menos
jornaleros. Como siempre, ganan los terratenientes.
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