El INE acaba de publicar la “Encuesta de Población Activa”
(EPA) del II trimestre del año. La tasa de paro se sitúa en el 20%, lo que
sería una buena noticia de no ser porque desde 2008 estamos a años luz de la
media de paro de la UE (8´6%), y porque a este ritmo harán falta años para que
nos acerquemos a esos niveles. Nuestra economía se enfrenta a graves
perturbaciones (brexit, terrorismo, austeridad presupuestaria…) y eso puede
debilitar nuestro PIB y volver a aumentar el desempleo. Según la Comisión
Europea en 2017 seguiremos por encima del 18% de paro.
Es cierto que en este último trimestre se han creado 142.800
puestos de trabajo. La mala noticia es que el 52% lo han sido en el sector de
hostelería, un sector que genera precariedad laboral y bajos salarios. El 66%
de los que han encontrado trabajo ha sido con contrato temporal. Y sigue
habiendo 1.493.800 hogares en los que todos sus miembros está en paro, lo que
da idea de la intensidad de la crisis. Y sólo 44 de cada 100 parados cobra
algún tipo de prestación o subsidio.
Además es un sector muy sensible a la coyuntura climática y
política: no es que nuestra economía esté mejorando gracias a su competitividad,
ni con ganancias de productividad…es que los turistas llegan a nuestro país
huyendo en masas de destinos problemáticos que hasta ahora eran nuestros
tradicionales competidores (Turquía, Egipto, Túnez…incluso París). Pero esa
ventaja de las que ahora disponemos no es para siempre: puede que la
estabilidad retorne pronto a esos países (ojalá)…o que el nuestro (crucemos los
dedos para que no suceda) sufra situaciones traumáticas como las suyas que
espantan al turismo.
En definitiva, sería un error interpretar los datos del la
EPA como el fin del ciclo iniciado con la implosión de la burbuja inmobiliaria
en 2007. Nuestra economía NO está mejorando: no dejemos que los datos de la EPA
enmascaren la realidad.
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