Entre las tareas que se ha dejado pendiente el Gobierno antes de irse de vacaciones estivales está la tramitación del proyecto de "Ley por el Derecho a la Vivienda".
Según los datos del Banco de España, antes del boom inmobiliario comprar una vivienda costaba el equivalente a 3´5 veces los ingresos anuales de una familia. En el punto álgido de la especulación, el coste se elevó a 9 veces. Al implosionar la burbuja inmobiliaria el coste de la vivienda comenzó a bajar, pero los salarios y el empleo también cayeron. Hoy comprar una vivienda equivale a 7´5 veces los ingresos de la familia: no se ha logrado deshacer el impacto negativo de la burbuja. No se ha logrado regresar al nivel de precios previo a la burbuja. Además, hoy la dificultad de acceder al crédito y la desigualdad de ingresos ha crecido.
Me temo que la Ley va a ser un parche que no va a entrar a fondo contra la especulación inmobiliaria. Y hay una razón para ello: el PSOE teme perder el voto de los millones de ciudadanos que SÍ son propietarios e incluso de quienes acumulan varias viviendas. Así es la democracia burguesa: el derecho a la vivienda, consagrado en el artículo 47 de la Constitución, es y seguirá siendo papel mojado.
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