Estos
días es noticia la brusca caída del precio del petróleo en los mercados
internacionales. En realidad tipos de petróleo hay muchos, y el que sirve de
referencia para las economías europeas (el tipo “Brendt") ha pasado de cotizar
a 145 dólares/barril en el mes de junio a 58 dólares/barril de la actualidad,
lo que supone una reducción del 48%.
Dejando
a un lado las circunstancias geopolíticas que nos han conducido a este
escenario, lo cierto es que un petróleo significativamente más barato puede
acelerar la salida de la crisis. Según las estimaciones del FMI, la economía
europea crecerá este año un 0´8% y el año próximo un 1´3%. En el caso de España
el crecimiento estimado es de un 1´3% este año y un 1´7% el próximo. Estos
cálculos fueron hechos suponiendo que el precio medio del petróleo sería de
102´7 $/barril durante 2014 y 99´4 durante 2015. Lo cierto es que el año en
curso finaliza con un precio medio de 100´28$/barril lo cual hace pensar en una
revisión al alza de las estimaciones de crecimiento de nuestro PIB.
¿A
cuánto ascenderá el impacto del petróleo barato en nuestra economía? Estudios
del Banco de España estiman que una reducción del precio del petróleo en un 50%
causaría un incremento del PIB español de un 1´1%, sin embargo, no es probable
que en el corto plazo asistamos a un escenario tan favorable.
En
primer lugar porque el precio relevante a efectos de la economía europea es el
que se mide en euros, no en dólares. Desde junio el euro se ha depreciado un 9%
en relación al dólar, por lo que la reducción efectiva del precio del barril es
tan solo del 39%: si el euro continúa perdiendo valor frente a la moneda
norteamericana, el abaratamiento del petróleo tendría unos efectos más exiguos
sobre la economía.
En
segundo lugar, es necesario que esa reducción de precio se haga efectiva para
consumidores y empresas, y en toda la gama de productos derivados del petróleo:
de acuerdo con las estimaciones del IPC, desde junio los precios de los
carburantes y combustibles sólo han experimentado una reducción del 4´5%. Si la
reducción del precio del petróleo no se traslada con más intensidad y rapidez
al bolsillo de los consumidores no podrá generarse el efecto renta que ha de
impulsar el consumo privado y con ello el PIB. En este sentido, la estructura
oligopolística del mercado español de hidrocarburos se revela, una vez más,
como un lastre para la recuperación económica.
En
tercer lugar, debe tenerse en cuenta que los gobiernos suelen aprovechar las
bajadas de la cotización del petróleo para aumentar los impuestos sobre los
hidrocarburos de forma silenciosa. De hecho actualmente el precio sin impuestos
de la gasolina de 95 octanos es de 0´662 €/litro, y 0´689 €/litro el gasoil. Existe
el riesgo de que el gobierno del sr Rajoy aproveche la coyuntura para aumentar
la imposición sobre hidrocarburos y obtener ingresos fiscales adicionales que
le permitan cumplir con los objetivos de déficit público impuestos en el plan
de rescate firmado el 23 de julio de 2012 con la “troika”.
Por
último, pero no menos importante, debe tenerse en cuenta que un impacto sobre
el PIB como el que estima el Banco de España requiere una reducción “sostenida”
de la cotización del petróleo. Esto es: necesitamos varios trimestres
consecutivos para que el petróleo barato se traduzca en crecimiento y creación
de empleo. De hecho, según las investigaciones del Banco de España, las
variaciones del precio del petróleo tardan un año en traducirse en incrementos
del PIB.
En
resumen: la tendencia bajista en el precio del petróleo es una buena noticia,
pero lo sería aun mejor con una política gubernamental activa que sacase todo
el provecho posible del nuevo escenario… seis millones de desempleados no
pueden seguir esperando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario