jueves, 9 de julio de 2015

China, no Grecia, es nuestro verdadero problema.



Hace meses que la economía China emite señales críticas. El mercado inmobiliario lleva años recalentado, inmerso en una burbuja similar a la que vivimos en España entre 1999 y 2007 y cuyos nefastos efectos aún sentimos. La bolsa china ha sufrido un recalentamiento especulativo similar. Parece que el pinchazo se ha iniciado: el índice de la Bolsa de Shanghái acumula una caída del 31´5% desde mediados de junio. Los efectos pueden ser demoledores para nuestra economía: necesitados de liquidez, los inversores chinos venderán las acciones que poseen por las bolsas de todo el mundo haciendo caer las cotizaciones de Telefónica, Banco de Santander, Deutsche Bank...o J P Morgan. También venderán bonos soberanos de otros países y esto provocará aumentos de los tipos de intrés en la Unión Europea y Estados Unidos. Además, es de esperar que el empobrecimiento de los chinos reduzca sus importaciones en todo el mundo, también su demanda de productos españoles ("efecto riqueza"). Recordemos que España exporta más de 4.000 millones de euros en mercancías al año a estye “mercado emergente”. Mucho me temo que el tan cacareado "Socialismo con Características Chinas" es vulgar capitalismo salvaje con un toque nacionalista, nada nuevo.


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