El euro es un mal negocio: no
sólo nos resta competividad y destruye empleo sino que obliga a mantener el déficit por debajo del
3% del PIB, so pena de ser multados por la Comisión Europea. Esta semana se ha
sabido que el expediente para multarnos ya está en marcha: la multa ascendería
al 0´5% de nuestro PIB (Reglamento 1467/97). Rajoy ha ofrecido una de sus “brillantes”
soluciones: hará (haremos los trabajadores) más esfuerzos para rebajar el
déficit…más IVA, más copago, menos gasto en servicios públicos…más austeridad.
Este drama no acabará hasta que entendamos que el euro es un capricho caro e
inútil: somos como el “caddie” que le paga al señorito del pueblo la cuota para
que este goce jugando en el campo de golf mientras él carga con los palos: nos
recortamos en las necesidades básicas para que Alemania y otros disfruten de
una moneda sólida. También la igualdad ante la Ley está comprometida: entre
2001 y 2005 (ver gráfico) Alemania rebasó cinco veces la barrera de 3% de
déficit. ¿Hubo multa para Alemania? Ni en broma. El euro es un “club” en el
sentido más elitista de la palabra, no una “organización democrática”.