lunes, 22 de agosto de 2016

Pensiones en España: otra víctima del euro y la austeridad.



Con Rajoy o sin Rajoy parece que se avecina un nuevo recorte del sistema de pensiones. Somos rehenes del discurso “vivimos por encima de nuestra posibilidades” o “cada vez vivimos más y trabajamos menos”, y en consecuencia “no hay dinero para pagar las pensiones”. Error…como todas las verdades a medias. ¿Para qué quiere su paga un pensionista? Para comprar bienes y servicios (pan, medicamentos, corbatas de seda, etc…). Por tanto lo que necesitamos no es exactamente más dinero, sino producir más bienes y servicios. Y España puede hacerlo: disponemos de recursos suficientes para producir mucos más bienes y servicios de los que actualmente producimos; disponemos de mucha mano de obra ociosa y fábricas operando muy por debajo de su capacidad. Según Eurostat sólo en 2015 nuestro PIB se situó 41.000 millones de euros por debajo de nuestro nivel potencial, y desde que se inició la crisis hemos generado un PIB inferior en 439.000 millones al que podríamos haber conseguido con nuestros recursos actualmente desocupados ¿Qué falló?: el euro y las políticas de austeridad. ¿Por qué? Porque necesitamos políticas expansivas y necesitamos imprimir nuestro propio dinero en la cantidad adecuada para que aumente la demanda de bienes. Podemos hacerlo siempre que no superemos ese “PIB potencial”. Hay margen para que todos vivamos mejor si logramos escapar al discurso fatalista de los neoliberales.


sábado, 20 de agosto de 2016

Por qué el Mar Menor nunca va a estar limpio.

Podemos plantear la cosa de otra manera: ¿quién está lo suficientemente interesado en tener un Mar Menor limpio como para asumir (su parte) del coste de limpiarlo...y mantenerlo limpio? Todos queremos una laguna limpia pero pocos asumirán en público hasta qué punto, es decir… a cuántos euros está dispuesto a renunciar (pagar una tasa, dejar de explotar parcialmente un negocio…). La Administración podría hacer lo que en Economía denominamos un “Análisis Coste – Beneficio” (ACB) : identificar todas las categorías de agentes implicadas en el disfrute (sea económico, sea recreativo, etc), los beneficios (materiales e inmateriales) que obtienen de “usar” el Mar Menor y todos los costes que ese disfrute genera. Y a partir de ahí fijar un objetivo de restauración medioambiental: no hace falta que la laguna quede Tan limpia como hace 100 años, quizá convenga fijar un objetivo menos ambicioso. A partir de ahí queda lo difícil, lo conflictivo: arbitrar un sistema de reparto de costes. Difícil. Porque la Administración también tiene costes: los votos que pierde por implementar la medida.