sábado, 20 de agosto de 2016

Por qué el Mar Menor nunca va a estar limpio.

Podemos plantear la cosa de otra manera: ¿quién está lo suficientemente interesado en tener un Mar Menor limpio como para asumir (su parte) del coste de limpiarlo...y mantenerlo limpio? Todos queremos una laguna limpia pero pocos asumirán en público hasta qué punto, es decir… a cuántos euros está dispuesto a renunciar (pagar una tasa, dejar de explotar parcialmente un negocio…). La Administración podría hacer lo que en Economía denominamos un “Análisis Coste – Beneficio” (ACB) : identificar todas las categorías de agentes implicadas en el disfrute (sea económico, sea recreativo, etc), los beneficios (materiales e inmateriales) que obtienen de “usar” el Mar Menor y todos los costes que ese disfrute genera. Y a partir de ahí fijar un objetivo de restauración medioambiental: no hace falta que la laguna quede Tan limpia como hace 100 años, quizá convenga fijar un objetivo menos ambicioso. A partir de ahí queda lo difícil, lo conflictivo: arbitrar un sistema de reparto de costes. Difícil. Porque la Administración también tiene costes: los votos que pierde por implementar la medida.

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