Según se deduce de los últimos datos del Directorio Central
de Empresas, la suma de la crisis, el endurecimiento del acceso al crédito y
las prácticas oligopolistas de las multinacionales, se han llevado por delante
buena parte del pequeño comercio de nuestro país. Concretamente desde 2008 han
desaparecido 63.844 empresas dedicadas al comercio minorista, un 12´1% del
total. Casi el 50% de los comercios desaparecidos eran autónomos sin
asalariados (31.417). Por el contrario ha crecido el número de empresas grandes
o muy grandes. Las de entre 500 y 1.000 asalariados han crecido un 22´6%: ahora
hay 12 más. Aquellas con más de 5.000 asalariados han pasado de 19 a 21. No es buena noticia:
la desaparición del comercio minorista acaba perjudicando a los consumidores
porque la gran empresa, una vez que se deshace de la competencia, encarece los
productos, restringe la variedad y calidad de productos, e incluso los barrios
se degradan. Este es el resultado de la economía neoliberal en la que estamos inmersos.
Ya lo predijo MARX: es la tendencia a la concentración del capital.
sábado, 30 de julio de 2016
viernes, 29 de julio de 2016
Desempleo en España: II trimestre de 2016.
El INE acaba de publicar la “Encuesta de Población Activa”
(EPA) del II trimestre del año. La tasa de paro se sitúa en el 20%, lo que
sería una buena noticia de no ser porque desde 2008 estamos a años luz de la
media de paro de la UE (8´6%), y porque a este ritmo harán falta años para que
nos acerquemos a esos niveles. Nuestra economía se enfrenta a graves
perturbaciones (brexit, terrorismo, austeridad presupuestaria…) y eso puede
debilitar nuestro PIB y volver a aumentar el desempleo. Según la Comisión
Europea en 2017 seguiremos por encima del 18% de paro.
Es cierto que en este último trimestre se han creado 142.800
puestos de trabajo. La mala noticia es que el 52% lo han sido en el sector de
hostelería, un sector que genera precariedad laboral y bajos salarios. El 66%
de los que han encontrado trabajo ha sido con contrato temporal. Y sigue
habiendo 1.493.800 hogares en los que todos sus miembros está en paro, lo que
da idea de la intensidad de la crisis. Y sólo 44 de cada 100 parados cobra
algún tipo de prestación o subsidio.
Además es un sector muy sensible a la coyuntura climática y
política: no es que nuestra economía esté mejorando gracias a su competitividad,
ni con ganancias de productividad…es que los turistas llegan a nuestro país
huyendo en masas de destinos problemáticos que hasta ahora eran nuestros
tradicionales competidores (Turquía, Egipto, Túnez…incluso París). Pero esa
ventaja de las que ahora disponemos no es para siempre: puede que la
estabilidad retorne pronto a esos países (ojalá)…o que el nuestro (crucemos los
dedos para que no suceda) sufra situaciones traumáticas como las suyas que
espantan al turismo.
En definitiva, sería un error interpretar los datos del la
EPA como el fin del ciclo iniciado con la implosión de la burbuja inmobiliaria
en 2007. Nuestra economía NO está mejorando: no dejemos que los datos de la EPA
enmascaren la realidad.
martes, 19 de julio de 2016
Formación profesional: nuestro talón de Aquiles de España
Eurostat acaba de publicar los datos referentes a alumnos matriculados
en FP. España queda, una vez más, en un lugar lamentable. En la Unión
Europea el 48% de los alumnos de educación secundaria no obligatoria
cursa FP, en España sólo el 34%... ¡en Finlandia, paradigma de la
Educación de calidad, es el 70%! …estamos muy al final de la lista. En
España todo el mundo quiere ir a la Universidad (no sé exactamente a
qué) y socialmente se desprecian las cualificaciones profesionales,
imprescindibles para elevar la productividad de nuestra economía. Hay
que invertir la pirámide: necesitamos buena consideración social y
buenos salarios para quienes cursan FP.
domingo, 17 de julio de 2016
Rajoy y De Guindos nos toman el pelo.
Pertenecer al euro obliga a tener un déficit público
inferior al 3% del PIB. España lleva años incumpliendo condición: ocho veces
desde 2008 y se espera que vuelva a hacerlo en 2016 y 2017. Como estaba
previsto, después de mucho atrasar la decisión para no perjudicar las
perspectivas electorales del PP, la Comisión Europea acordó el 12 de julio
abrir un expediente que puede desembocar en una multa equivalente al 0´2% de
nuestro PIB (2.000 millones de euros). El Misterio de Economía ha respondido
con un documento de alegaciones (26 páginas) que es más un relato de los
recortes y de las reformas estructurales llevadas a cabo hasta ahora (tropelías
contra la clase obrera), que un programa para el futuro. Y de paso aprovecha
para quejarse del coste del tratamiento de los enfermos con Hepatitis C…¡y de
lo mal hechas que están las estadísticas europeas! Es lógico: Mariano Rajoy se
enfrenta a una sesión de investidura (si la testosterona le acompaña) y no
sería inteligente acudir a ella anunciando nuevos recortes y nuevas subidas de
impuestos. De las 26 páginas, el documento dedica sólo un párrafo (página 18) a
anunciar de forma inconcreta el modo en que hará frente al déficit: anticipar
los “pagos a cuenta” (retenciones) del Impuesto de Sociedades (6.000 millones
de euros) y mejorar la lucha contra el fraude fiscal (1.000 millones). Una
falacia para ocultar las verdaderas intenciones: los anticipos no suponen
reducción del déficit, es recaudar más ahora a cambio de recaudar menos mañana.
Entonces ¿de dónde saldrá la reducción del déficit? Pues del mismo sitio de
siempre: más IVA, más IRPF, más copago y más recortes… y quién sabe si no hay
un nuevo endurecimiento del acceso a las pensiones con la excusa de que la
“hucha” se vacía a marchas forzadas. Espero que los grupos de la oposición
hostiguen (sí hostiguen) al candidato Rajoy con este asunto y de paso con el
“Informe Chilcot” (Aznar + Rajoy = guerra de Irak).
lunes, 11 de julio de 2016
El jamón de Obama y los niños hambrientos de Rajoy.
Dice la prensa que Rajoy ha regalado un jamón al presidente
Obama como colofón a su visita oficial a España este 10 de julio de 2016. No es mala cosa: una foto de
Obama mordisqueando jamón ibérico puede disparar nuestras exportaciones a ese
país, igual que la visita de los Clinton a Granada en 1997 provocó un aluvión
de turistas yanquis. No es mala cosa para la economía. Pero eso no va a solucionar
el problema del desempleo ni de la pobreza en España. Según las estadísticas
oficiales el 3´2% de los menores de 16% están infra – alimentados a causa de la
pobreza: se trata de unos 239.600 menores, un 50´5% más que al comienzo de la
crisis. Con estos ciudadanos Rajoy sí que tiene una obligación: no la darles un
jamón (poco soluciona eso) sino velar porque los poderes públicos implementes
programas de nutrición que les permita superar con dignidad estos tiempos de
crisis. Supongo que como estos niños no salen en la tele…para Rajoy no existen…
jueves, 7 de julio de 2016
Austeridad y deterioro alimentario en España
La alimentación
humana es uno de los ámbitos en los que de modo más sensible dejan sentir su
huella los ciclos económicos. Ello se debe a que a lo largo del ciclo no sólo
cambian los ingresos familiares y por tanto la “cuantía” de su gasto sino
también la “composición” del mismo. Así, en épocas de crisis las familias
tienen que concentrar mayor proporción de sus menguados recursos en
alimentación prescindiendo de otros gastos menos perentorios; aunque si la
crisis se alarga incluso algunos gastos perentorios tienen que ser abandonados
por las familias (reposición de calzado, consumo eléctrico, alquiler de
inmuebles, etc).
Con las crisis
cambia incluso el tipo de alimentos que consumimos: el empobrecimiento obliga a
los ciudadanos a consumir alimentos de peor calidad y prescindir de alimentos
tales como la carne, el pescado fresco e incluso el aceite de oliva. Disminuye el
consumo de lo que en Economía se denomina “bienes normales” y aumenta el gasto
en “bienes inferiores”. Cuando la economía se recupera el efecto es el inverso.
La “Encuesta de
Presupuestos Familiares” correspondiente a 2015, recientemente publicada por el
INE es una herramienta muy útil para conocer el patrón de gasto de los hogares
y personas individuales, para saber cuánto y en qué gastan, y además ofrece una
información bastante detallada acerca de los artículos consumidos. De hecho,
esta “Encuesta” nos sirve para matizar los datos macroeconómicos con los que
cotidianamente se bombardea a los ciudadanos.
Por ejemplo: oficialmente
el PIB creció un 3´2% en 2015, su registro más elevado desde la implosión de la
burbuja inmobiliaria en 2008. ¿Significa eso que las familias se han recuperado
ya de la dilatada e intensa crisis económica? Desde luego la respuesta es NO: téngase
en cuenta que nuestra tasa de paro cerró 2015 en un nivel del 22%, casi 14
puntos por encima del nivel previo a la crisis; y que las rentas salariales (de
las que vive la mayor parte de la población) suponen hoy sólo un 54% del PIB,
su nivel más bajo desde que existen estadísticas oficiales (1961), por culpa de
las sucesivas reformas laborales que han sufrido los trabajadores de este país.
En tales condiciones es muy difícil que las familias trabajadoras (la mayor
parte de nuestra población) hayan podido recuperar el poder adquisitivo del que
gozaban antes de la crisis.
Los datos de la “Encuesta de Presupuestos Familiares”
confirman nuestra sospecha.
Si en 2007 los hogares destinaban un 14´09% de su gasto a
“Alimentación y Bebidas No Alcohólicas”, en 2014 ese ratio subió a 14´90% y en
2015, pese a la presunta recuperación, siguió ascendiendo hasta 15´04%. Entre
las familias de menor renta (por ejemplo las que ingresan menos de 1.000 €/mes)
el fenómeno es más acusado: si en 2007 destinaban a alimentación el 19´15% de
su gasto, en 2015 ha
crecido hasta el 19´34%. Las familias más adineradas (las que ingresan más de
5.000 euros al mes) no sólo han “escapado de la quema” sino que ya dejan sentir
la recuperación en su patrón de gasto: si en 2007 destinaban a alimentación el
10´59% de su gasto, en 2015 es sólo el 10´33%. Por desgracia la “Encuesta” no
ofrece información desagregada para el grupo de más de 5.000 € de ingresos
mensuales.
Dicho esto, podemos analizar qué ha sucedido con la
cantidad física (kilos, litros, etc) que las personas han consumido de cada
tipo de bien.
Desde 2007 se ha producido una notable reducción en el
consumo físico per cápita de “bienes normales”, reducción que no cesó con la
presunta recuperación económica del año pasado. Así, en 2015 el consumo de
ternera (Kg/persona) se redujo un -9´6% respecto al año anterior, y ya
consumimos un -33% menos que al inicio de la crisis (año 2007). El consumo de
pescado fresco disminuyó un -9´5% y acumula un -17´4% de caída. El de aceite de
oliva un -5´2%, acumulando un -19´5% desde 2007. El de leche cayó un -6´1% y
acumula una caída del -35´6%. Las hortalizas cayeron un -2´7% y acumula una
caída del -18%. E incluso el consumo de pan, alimento básico donde los haya,
refugio histórico contra el hambre, se contrajo un -2´4% el año pasado, y un
-10´2% desde 2007. Todos estos datos son sin duda lamentables en un país con un
sector agroalimentario tan desarrollado como el nuestro, y que continuamente
produce excedentes a los que el sistema es incapaz de dar un destino
socialmente útil. Y téngase en cuenta que se trata de datos de consumo por
persona, pero de la media de los ciudadanos, sin distinguir entre ricos y
pobres: con toda seguridad la contracción en el consumo de estos artículos es
mucho más acusada entre los componentes de hogares mileuristas. Aunque quizá
nuestro gobierne que a la gente simplemente no le apetece comer carne, o
cocinar…
Por el contrario el consumo físico de “bienes inferiores”
(productos congelados, carnes de calidad inferior, sucedáneos) se ha disparado:
las “carnes preparadas y productos que contienen carne” (chopped, mortadelas,
patés de baja calidad, etc), creció un 3´4% en 2015 y acumula un crecimiento
del 25% desde que se inició la crisis; los “despojos, menudillos y casquería”
acumula un crecimiento del 8% y las “pastas alimenticias” un 4%.
La “Encuesta” también nos proporciona datos fehacientes
sobre otro fenómeno del que se habla de forma recurrente y que ha adquirido en
la actual crisis un protagonismo singular: la “pobreza energética”. Precios en
continuo crecimiento y salarios menguantes han obligado a los hogares a
restringir notablemente el consumo de gas y electricidad. Así, desde el
comienzo de la crisis la cantidad física consumida de “gas licuado” se ha
reducido en un -30´6% y el de electricidad un -15´4%. Y nuevamente es posible
que el gobierno argumente que las viviendas son hoy más eficientes
energéticamente que en 2007, que la gente ya no tiene la estúpida manía de
dejar la luz encendida cuando abandona una habitación o que las temperaturas
son más suaves y no hace falta calefacción ni aire acondicionado…Pero el caso
es que en 2015 esos consumos volvieron a reducirse en un -6´3% y -1´7%
respectivamente: no parece que en sólo un año cambien tanto los hábitos de los consumidores
ni la estructura de los edificios… la gente es simplemente más pobre.
Con todo, lo peor es que no se vislumbra en el horizonte
que el buen comportamiento del PIB en 2015 vaya a continuar. De hecho para este
año y los siguientes las principales instituciones multilaterales auguran una
nueva desaceleración (y eso sin contar con los efectos adversos del Brexit y del
auge terrorista). El desempleo, según previsiones de la Comisión Europea, continuará
por encima del 18% hasta 2017 al menos. Ante esta perspectiva es evidente que
hace falta intervención política, un plan público que solucione lo que el libre
(y anárquico) funcionamiento de los mercados es incapaz de resolver.
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