sábado, 30 de julio de 2016

La destrucción del pequeño comercio en España



Según se deduce de los últimos datos del Directorio Central de Empresas, la suma de la crisis, el endurecimiento del acceso al crédito y las prácticas oligopolistas de las multinacionales, se han llevado por delante buena parte del pequeño comercio de nuestro país. Concretamente desde 2008 han desaparecido 63.844 empresas dedicadas al comercio minorista, un 12´1% del total. Casi el 50% de los comercios desaparecidos eran autónomos sin asalariados (31.417). Por el contrario ha crecido el número de empresas grandes o muy grandes. Las de entre 500 y 1.000 asalariados han crecido un 22´6%: ahora hay 12 más. Aquellas con más de 5.000 asalariados han pasado de 19 a 21. No es buena noticia: la desaparición del comercio minorista acaba perjudicando a los consumidores porque la gran empresa, una vez que se deshace de la competencia, encarece los productos, restringe la variedad y calidad de productos, e incluso los barrios se degradan. Este es el resultado de la economía neoliberal en la que estamos inmersos. Ya lo predijo MARX: es la tendencia a la concentración del capital.


viernes, 29 de julio de 2016

Desempleo en España: II trimestre de 2016.



El INE acaba de publicar la “Encuesta de Población Activa” (EPA) del II trimestre del año. La tasa de paro se sitúa en el 20%, lo que sería una buena noticia de no ser porque desde 2008 estamos a años luz de la media de paro de la UE (8´6%), y porque a este ritmo harán falta años para que nos acerquemos a esos niveles. Nuestra economía se enfrenta a graves perturbaciones (brexit, terrorismo, austeridad presupuestaria…) y eso puede debilitar nuestro PIB y volver a aumentar el desempleo. Según la Comisión Europea en 2017 seguiremos por encima del 18% de paro.

Es cierto que en este último trimestre se han creado 142.800 puestos de trabajo. La mala noticia es que el 52% lo han sido en el sector de hostelería, un sector que genera precariedad laboral y bajos salarios. El 66% de los que han encontrado trabajo ha sido con contrato temporal. Y sigue habiendo 1.493.800 hogares en los que todos sus miembros está en paro, lo que da idea de la intensidad de la crisis. Y sólo 44 de cada 100 parados cobra algún tipo de prestación o subsidio.

Además es un sector muy sensible a la coyuntura climática y política: no es que nuestra economía esté mejorando gracias a su competitividad, ni con ganancias de productividad…es que los turistas llegan a nuestro país huyendo en masas de destinos problemáticos que hasta ahora eran nuestros tradicionales competidores (Turquía, Egipto, Túnez…incluso París). Pero esa ventaja de las que ahora disponemos no es para siempre: puede que la estabilidad retorne pronto a esos países (ojalá)…o que el nuestro (crucemos los dedos para que no suceda) sufra situaciones traumáticas como las suyas que espantan al turismo.

En definitiva, sería un error interpretar los datos del la EPA como el fin del ciclo iniciado con la implosión de la burbuja inmobiliaria en 2007. Nuestra economía NO está mejorando: no dejemos que los datos de la EPA enmascaren la realidad. 


martes, 19 de julio de 2016

Formación profesional: nuestro talón de Aquiles de España

Eurostat acaba de publicar los datos referentes a alumnos matriculados en FP. España queda, una vez más, en un lugar lamentable. En la Unión Europea el 48% de los alumnos de educación secundaria no obligatoria cursa FP, en España sólo el 34%... ¡en Finlandia, paradigma de la Educación de calidad, es el 70%! …estamos muy al final de la lista. En España todo el mundo quiere ir a la Universidad (no sé exactamente a qué) y socialmente se desprecian las cualificaciones profesionales, imprescindibles para elevar la productividad de nuestra economía. Hay que invertir la pirámide: necesitamos buena consideración social y buenos salarios para quienes cursan FP.

domingo, 17 de julio de 2016

Rajoy y De Guindos nos toman el pelo.



Pertenecer al euro obliga a tener un déficit público inferior al 3% del PIB. España lleva años incumpliendo condición: ocho veces desde 2008 y se espera que vuelva a hacerlo en 2016 y 2017. Como estaba previsto, después de mucho atrasar la decisión para no perjudicar las perspectivas electorales del PP, la Comisión Europea acordó el 12 de julio abrir un expediente que puede desembocar en una multa equivalente al 0´2% de nuestro PIB (2.000 millones de euros). El Misterio de Economía ha respondido con un documento de alegaciones (26 páginas) que es más un relato de los recortes y de las reformas estructurales llevadas a cabo hasta ahora (tropelías contra la clase obrera), que un programa para el futuro. Y de paso aprovecha para quejarse del coste del tratamiento de los enfermos con Hepatitis C…¡y de lo mal hechas que están las estadísticas europeas! Es lógico: Mariano Rajoy se enfrenta a una sesión de investidura (si la testosterona le acompaña) y no sería inteligente acudir a ella anunciando nuevos recortes y nuevas subidas de impuestos. De las 26 páginas, el documento dedica sólo un párrafo (página 18) a anunciar de forma inconcreta el modo en que hará frente al déficit: anticipar los “pagos a cuenta” (retenciones) del Impuesto de Sociedades (6.000 millones de euros) y mejorar la lucha contra el fraude fiscal (1.000 millones). Una falacia para ocultar las verdaderas intenciones: los anticipos no suponen reducción del déficit, es recaudar más ahora a cambio de recaudar menos mañana. Entonces ¿de dónde saldrá la reducción del déficit? Pues del mismo sitio de siempre: más IVA, más IRPF, más copago y más recortes… y quién sabe si no hay un nuevo endurecimiento del acceso a las pensiones con la excusa de que la “hucha” se vacía a marchas forzadas. Espero que los grupos de la oposición hostiguen (sí hostiguen) al candidato Rajoy con este asunto y de paso con el “Informe Chilcot” (Aznar + Rajoy = guerra de Irak).




lunes, 11 de julio de 2016

El jamón de Obama y los niños hambrientos de Rajoy.



Dice la prensa que Rajoy ha regalado un jamón al presidente Obama como colofón a su visita oficial a España este 10 de julio de 2016. No es mala cosa: una foto de Obama mordisqueando jamón ibérico puede disparar nuestras exportaciones a ese país, igual que la visita de los Clinton a Granada en 1997 provocó un aluvión de turistas yanquis. No es mala cosa para la economía. Pero eso no va a solucionar el problema del desempleo ni de la pobreza en España. Según las estadísticas oficiales el 3´2% de los menores de 16% están infra – alimentados a causa de la pobreza: se trata de unos 239.600 menores, un 50´5% más que al comienzo de la crisis. Con estos ciudadanos Rajoy sí que tiene una obligación: no la darles un jamón (poco soluciona eso) sino velar porque los poderes públicos implementes programas de nutrición que les permita superar con dignidad estos tiempos de crisis. Supongo que como estos niños no salen en la tele…para Rajoy no existen…


jueves, 7 de julio de 2016

Austeridad y deterioro alimentario en España



La alimentación humana es uno de los ámbitos en los que de modo más sensible dejan sentir su huella los ciclos económicos. Ello se debe a que a lo largo del ciclo no sólo cambian los ingresos familiares y por tanto la “cuantía” de su gasto sino también la “composición” del mismo. Así, en épocas de crisis las familias tienen que concentrar mayor proporción de sus menguados recursos en alimentación prescindiendo de otros gastos menos perentorios; aunque si la crisis se alarga incluso algunos gastos perentorios tienen que ser abandonados por las familias (reposición de calzado, consumo eléctrico, alquiler de inmuebles, etc).

Con las crisis cambia incluso el tipo de alimentos que consumimos: el empobrecimiento obliga a los ciudadanos a consumir alimentos de peor calidad y prescindir de alimentos tales como la carne, el pescado fresco e incluso el aceite de oliva. Disminuye el consumo de lo que en Economía se denomina “bienes normales” y aumenta el gasto en “bienes inferiores”. Cuando la economía se recupera el efecto es el inverso.

La “Encuesta de Presupuestos Familiares” correspondiente a 2015, recientemente publicada por el INE es una herramienta muy útil para conocer el patrón de gasto de los hogares y personas individuales, para saber cuánto y en qué gastan, y además ofrece una información bastante detallada acerca de los artículos consumidos. De hecho, esta “Encuesta” nos sirve para matizar los datos macroeconómicos con los que cotidianamente se bombardea a los ciudadanos.



Por ejemplo: oficialmente el PIB creció un 3´2% en 2015, su registro más elevado desde la implosión de la burbuja inmobiliaria en 2008. ¿Significa eso que las familias se han recuperado ya de la dilatada e intensa crisis económica? Desde luego la respuesta es NO: téngase en cuenta que nuestra tasa de paro cerró 2015 en un nivel del 22%, casi 14 puntos por encima del nivel previo a la crisis; y que las rentas salariales (de las que vive la mayor parte de la población) suponen hoy sólo un 54% del PIB, su nivel más bajo desde que existen estadísticas oficiales (1961), por culpa de las sucesivas reformas laborales que han sufrido los trabajadores de este país. En tales condiciones es muy difícil que las familias trabajadoras (la mayor parte de nuestra población) hayan podido recuperar el poder adquisitivo del que gozaban antes de la crisis.

Los datos de la “Encuesta de Presupuestos Familiares” confirman nuestra sospecha.

Si en 2007 los hogares destinaban un 14´09% de su gasto a “Alimentación y Bebidas No Alcohólicas”, en 2014 ese ratio subió a 14´90% y en 2015, pese a la presunta recuperación, siguió ascendiendo hasta 15´04%. Entre las familias de menor renta (por ejemplo las que ingresan menos de 1.000 €/mes) el fenómeno es más acusado: si en 2007 destinaban a alimentación el 19´15% de su gasto, en 2015 ha crecido hasta el 19´34%. Las familias más adineradas (las que ingresan más de 5.000 euros al mes) no sólo han “escapado de la quema” sino que ya dejan sentir la recuperación en su patrón de gasto: si en 2007 destinaban a alimentación el 10´59% de su gasto, en 2015 es sólo el 10´33%. Por desgracia la “Encuesta” no ofrece información desagregada para el grupo de más de 5.000 € de ingresos mensuales.
 
Dicho esto, podemos analizar qué ha sucedido con la cantidad física (kilos, litros, etc) que las personas han consumido de cada tipo de bien.

Desde 2007 se ha producido una notable reducción en el consumo físico per cápita de “bienes normales”, reducción que no cesó con la presunta recuperación económica del año pasado. Así, en 2015 el consumo de ternera (Kg/persona) se redujo un -9´6% respecto al año anterior, y ya consumimos un -33% menos que al inicio de la crisis (año 2007). El consumo de pescado fresco disminuyó un -9´5% y acumula un -17´4% de caída. El de aceite de oliva un -5´2%, acumulando un -19´5% desde 2007. El de leche cayó un -6´1% y acumula una caída del -35´6%. Las hortalizas cayeron un -2´7% y acumula una caída del -18%. E incluso el consumo de pan, alimento básico donde los haya, refugio histórico contra el hambre, se contrajo un -2´4% el año pasado, y un -10´2% desde 2007. Todos estos datos son sin duda lamentables en un país con un sector agroalimentario tan desarrollado como el nuestro, y que continuamente produce excedentes a los que el sistema es incapaz de dar un destino socialmente útil. Y téngase en cuenta que se trata de datos de consumo por persona, pero de la media de los ciudadanos, sin distinguir entre ricos y pobres: con toda seguridad la contracción en el consumo de estos artículos es mucho más acusada entre los componentes de hogares mileuristas. Aunque quizá nuestro gobierne que a la gente simplemente no le apetece comer carne, o cocinar…

Por el contrario el consumo físico de “bienes inferiores” (productos congelados, carnes de calidad inferior, sucedáneos) se ha disparado: las “carnes preparadas y productos que contienen carne” (chopped, mortadelas, patés de baja calidad, etc), creció un 3´4% en 2015 y acumula un crecimiento del 25% desde que se inició la crisis; los “despojos, menudillos y casquería” acumula un crecimiento del 8% y las “pastas alimenticias” un 4%.

La “Encuesta” también nos proporciona datos fehacientes sobre otro fenómeno del que se habla de forma recurrente y que ha adquirido en la actual crisis un protagonismo singular: la “pobreza energética”. Precios en continuo crecimiento y salarios menguantes han obligado a los hogares a restringir notablemente el consumo de gas y electricidad. Así, desde el comienzo de la crisis la cantidad física consumida de “gas licuado” se ha reducido en un -30´6% y el de electricidad un -15´4%. Y nuevamente es posible que el gobierno argumente que las viviendas son hoy más eficientes energéticamente que en 2007, que la gente ya no tiene la estúpida manía de dejar la luz encendida cuando abandona una habitación o que las temperaturas son más suaves y no hace falta calefacción ni aire acondicionado…Pero el caso es que en 2015 esos consumos volvieron a reducirse en un -6´3% y -1´7% respectivamente: no parece que en sólo un año cambien tanto los hábitos de los consumidores ni la estructura de los edificios… la gente es simplemente más pobre.

Con todo, lo peor es que no se vislumbra en el horizonte que el buen comportamiento del PIB en 2015 vaya a continuar. De hecho para este año y los siguientes las principales instituciones multilaterales auguran una nueva desaceleración (y eso sin contar con los efectos adversos del Brexit y del auge terrorista). El desempleo, según previsiones de la Comisión Europea, continuará por encima del 18% hasta 2017 al menos. Ante esta perspectiva es evidente que hace falta intervención política, un plan público que solucione lo que el libre (y anárquico) funcionamiento de los mercados es incapaz de resolver.