sábado, 29 de abril de 2023

ELEGIR PROFESIÓN...

Ahora que el curso académico está acabando, y viendo cómo están las cosas en el mundo universitario y en el profesional, me parecen muy oportunas estas palabras de aquél célebre filósofo que, con 16 años y como parte de los exámenes finales de su Gimnasium, redactó en latín un ensayo de unas 1.600 palabras titulado "Reflexiones de un Joven en la Elección de Una Profesión". El ensayo acaba así: 
 
“Mas la guía principal que debe dirigirnos en la elección de una carrera es el bienestar de la humanidad y nuestra propia perfección. No debe pensarse que estos dos intereses pudieran estar en conflicto, que uno tendría que destruir el otro; al contrario, la naturaleza de hombre está constituida de tal modo que solo puede lograr su propia perfección trabajando para la perfección, para el bien de sus semejantes. 

 
Si uno solo trabaja para sí mismo, quizás puede volverse un famoso del aprendizaje, un gran sabio, un poeta excelente, pero nunca puede ser perfecto, verdaderamente grande. 

 
La historia llama a esos hombres los más grandes, los que se han ennoblecido trabajando por el bien común; la experiencia aclama como el más feliz a quien ha hecho el más grande número de personas felices; la religión misma nos enseña que el ideal de vida por quienes todos se esfuerzan por copiar se sacrificó por causa de la humanidad, ¿y quién se atrevería a poner al nada los tales juicios? 

 
Si en la vida hemos escogido la posición desde la cual podemos trabajar más por la humanidad, ninguna carga nos puede doblegar, porque son sacrificios en beneficio de todos; entonces experimentaremos una no pequeña, limitada, egoísta alegría, pero nuestra felicidad pertenecerá a millones, nuestros hechos se vivirán calladamente, pero por siempre por el trabajo, y sobre nuestras cenizas se verterán las ardientes lágrimas de la gente noble”. 

 
Firmado: 
Carlos Marx. 
16 de agosto de 1835. 



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