Hace hoy exactamente un siglo, unos 70.000 soldados franceses ocupaban la región alemana del Ruhr (Alemania) en represalia por la negativa del gobierno alemán a pagar las monstruosas indemnizaciones que le habían sido impuestas por los vencedores de la I Guerra Mundial en el Tratado de Versalles. Keynes ya había advertido en "Las Consecuencias Económicas de la Paz" (1919) que la deuda impuesta era inasumible y que sólo generaría pobreza y rencor. Pero el presidente Poincaré se empeñó en cobrar en especie y ordenó que las tropas ocupasen la región carbonífer del Rurh. Las autoridades alemanas decretaron la resistencia pasiva de la población: simplemente no colaborar con el ocupante, nada de violencia. Los franceses, decididos a cobrarse la deuda, saquearon las minas, arrancaron las vías de los trenes y hasta los postes de la red de telégrafos. Por supuesto, no contentos con eso los soldados franceses fusilaron y violaron a su antojo... Obviamente la economía alemana, que ya sufría un importante brote inflacionista, colapsó y la recaudación tributaria se hundió: el déficit del Estado llegó al 99% y el gobierno tuvo que empezar a imprimir dinero para pagar a sus empleados y contratistas. La inflación se convirtió en hiperinflación: en noviembre de 1923 un billete de 10 dólares costaba 100.000.000.000.000 marcos alemanes.... Los precios crecían tan rápido que el gobierno alemán tuvo que contratar 2.000 imprentas que noche y día fabricaban dinero, imprimiéndolos sólo por una cara parra ahorrar tinta. Todos hemos visto esos enormes billetes alemanes preñados de ceros... Todo empeoró cuando a finales de 1923 el gobierno alemán, decidido a poner fin a la hiperinflación acometió una dura reforma monetaria con un severo programa de austeridad diseñado por Hjalmar Schaht, un financiero que más tarde sería Ministro de Finanzas de Hitler: cundió el paro masivo y el hambre. La pesadilla inflacionista y la posterior austeridad, causadas por las penalidades impuestas a Alemania por los ganadores de la guerra, allanaron el camino al ascenso del nazismo. Los franceses pagaron bien caro el error. Los franceses y el resto de los europeos.