La
profusión de noticias sobre la crisis de Crimea o las movilizaciones fascistas en
Venezuela, están haciendo pasar desapercibidas otras mucho más relevantes para
nuestra economía.
Me
refiero a la situación crítica de la economía china. Aunque todos tenemos en
mente las elevadas tasas de crecimiento de su PIB, lo cierto es que se trata de
un crecimiento desequilibrado (tal y como sucedió en España durante el boom del
ladrillo). Tales desequilibrios pueden desembocar, como en el caso español, en
una crisis repentina con nefastas consecuencias planetarias.
Un
botón de muestra: el tipo de interés al que los bancos chinos se prestan entre
sí (el equivalente a nuestro “euribor”) se está disparando. En términos reales
(descontada la inflación) es del 4´45%, un nivel exageradamente alto si tenemos
en cuenta que a lo largo de 2007, 2008, 2010 y 2011 ¡había sido negativo!: la
incertidumbre está creciendo y a los bancos chinos les cuesta cada vez más
conseguir crédito. Esto tiene muy pero que muy mala pinta.
[Y además..."La Nairu y la Pseudociencia Neoliberal"]
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