lunes, 7 de julio de 2014

El fascista que despreció al cabrero

En 1931 Miguel Hernández marchó de su Orihuela natal rumbo a Madrid con la intención de hacerse un hueco en el panorama literario. Consiguió entrevistarse con Ernesto Giménez Caballero fundador y director de “La Gaceta Literaria”, una de las publicaciones más prestigiosas de la época. Además de no facilitarle acceso ningúno al mundo literario, Giménez Caballero publicó unas notas en tono jocoso en las que se aprecia la altanería y clasismo del sujeto: “Gobierno de intelectuales: ¿no tenéis algún intelectual que esté como una cabra para que lo pastoree este muchacho?”… Pero la Historia ha puesto a cada uno en su sitio: Miguel Hernández poeta del pueblo, encomiable ejemplo de superación personal, ha crecido hasta dimensiones universales… mientras que Giménez Caballero decrecía como intelectual y como persona, abrazando primero a la CEDA y después a la Falange, hasta convertirse, en palabras de Paul Preston, en el “bufón de Franco”… ¿quién se acuerda hoy de Giménez Caballero?



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